Charlas calientes
Charlas calientes para el estrés
He aprendido mucho del estrés en los últimos años: debido a la incesante crisis económica, he tenido que aceptar trabajos completamente estresantes que han terminado por pasar factura a mi sistema nervioso. De hecho, acepté un trabajo en una oficina que, aunque parecía el empleo de mis sueños, poco a poco se terminó convirtiendo en una pesadilla. Llegué hasta el punto en el que me desmayé varias veces porque era incapaz de poder afrontar el alto volumen de trabajo que me imponían. Cuando fui al médico, efectivamente, me diagnosticaron estrés.
Nunca me había tomado en serio el estrés: siempre había pensado que se trataba de algo relacionado con el poco aguante que tenían las personas para trabajar: sin embargo, en cuanto experimentes de problema, me di cuenta de que esto no era así para nada.
A partir de entonces, me encargué de buscar actividades que realmente me ayudasen a relajarme y es cuando un compañero me recomendó que mantuviera charlas calientes con algunas chicas de la oficina.
Conversaciones calientes antiestrés
En el momento en el que estas chicas se dieron cuenta de mi problema, se prestaron voluntariamente a poder echarme una mano. Esa misma noche tuve una conversación con una de ellas: reconozco que en un principio estaba algo cortado y que era capaz de articular ninguna palabra, mucho menos erótica. Sin embargo, ella misma se hizo eco de la situación y entabló una conversación sencilla que poco a poco fue subiendo de intensidad. Llegó momento en el que, como no me estaba mirando, decidí masturbarme, acabando desde el primer momento con mi problema de estrés. Ella se debió dar cuenta de lo que estaba haciendo porque, en cuanto pare, ella se despidió de mí.
A partir de entonces, cuando me agobio, decido mantener “charlas calientes” con las chicas de la oficina, a veces incluso me pego una buena paja por teléfono para disfrutar al máximo de la llamada.
Conversaciones calientes la fantasía telefónica con tu pareja
Ya sabemos que el teléfono móvil es una importante distracción y el principal enemigo del erotismo, ya que en muchas ocasiones puede arruinar por completo al acto sexual, el momento exacto en el que te lo vas a montar con tu pareja. Sin embargo, es posible utilizarlo para practicar con charlas calientes, convirtiendo esto en una fantasía y aprovechar la oportunidad para conseguir una mayor intimidad con tu chico o chica.
Antes de hacer este tipo de charla es importante que los dos miembros de la pareja se pongan de acuerdo, que estén dispuestos a llevar a cabo la fantasía sexual y que todo salga bien.
¿Cómo tener una conversación caliente?
Hablar con la chica e intentar aguantar lo máximo posible
Por ejemplo, él puede estar hablando por teléfono mientras que la chica lo está estimulando. Incluso hasta los más atrevidos pueden tener sexo durante la llamada telefónica. El reto en este caso es que el chico aguante las formas lo máximo posible, evitando que la persona con la que conversa se dé cuenta de lo que esté haciendo.
Juego de rol para charla caliente
Puede ser todavía más divertido (y atrevido), si se llama a una persona de autoridad, cómo puede ser su madre, un profesor, el jefe, etc. Para aprovechar al máximo la experiencia se puede pensar en un tema que dé para rato; aunque sea algo banal. Se trata de conseguir una conversión que dure un poco más de unos minutos.
Intentar ofrecer siempre algo nuevo para la conversación caliente
¿Y qué hace la otra persona mientras se desarrollan estas charlas calientes? Pues hay muchas ideas: mientras el chico (o la chica), está manteniendo esta conversación, la otra persona puede estar estimulando su sexo utilizando la boca, las manos, incluso hasta su cuerpo entero, lo que se le ocurra. Siempre hay que recordar que existe el recurso de la tos que nos ayudará a disimula cuando estamos llegando al éxtasis, o hasta fingir que hay una emergencia para dejar la conversación a mitad.
Llevar este tipo de charla caliente a cabo no es nada fácil, incluso se necesita una cierta complicidad que se consigue con el tiempo, pero te podemos garantizar que pocas cosas hay más divertidas.